¡Es increíble cómo los hábitos de higiene impactan en nuestra salud a mediano y largo plazo!
Aunque parece un tema algo obvio, es increible la cantidad de personas afectadas en salud anualmente simplemente por no tener un cuidado aceptable de su higiene personal.
Ciertamente los medicamentos y tratamientos médicos son indispensables para recuperar nuestra salud cuando sufrimos una enfermedad, pero estando tan concentrados en esto, a veces olvidamos que el primer paso para conservar nuestra salud es precisamente evitar las enfermedades; por eso resulta tan importante la medicina preventiva.
Un elemento importante de la prevención de enfermedades reposa sobre nuestra higiene y cuidado personal.
Algunos elementos comunes de nuestra rutina diaria pueden convertirse en un factor definitivo para definir la calidad de nuestra salud. Por ejemplo, la alimentación diaria, las rutinas de ejercicio periódico y también la importancia de la higiene personal.
Los hábitos de higiene son determinantes en la calidad de la salud, tanto para niños como para adultos. Una rutina de limpieza regular y aceptable ayuda a mantener nuestro cuerpo protegido contra gérmenes y bacterias que pueden terminar por desencadenar fuertes enfermedades e infecciones.
Contenido
¿Qué es la higiene personal?
La higiene se compone del conjunto de hábitos relacionados con el cuidado personal y la salud de las personas. Estos hábitos corresponden a las practicas diarias que impactan de manera positiva en el cuidado personal.
Como todo hábito, la higiene personal debe practicarse una y otra vez hasta que quede grabado de forma indeleble en nuestra rutina diaria, por eso resulta tan importante hacer hincapié en estas costumbres con nuestros niños pequeños, ya que a esa edad es mucho más fácil que se acostumbren a adoptar ciertos hábitos durante el resto de sus vidas.
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Consecuencias de la falta de higiene personal
A pesar de que las consecuencias negativas nuestra salud que pueden derivar de descuidar nuestros hábitos de higiene personal son prácticamente incontables, aquí te mencionamos algunas de las enfermedades más comunes relacionadas con una falta de higiene adecuada.
Pie de atleta
El pie de atleta es una enfermedad caracterizada por la picazón recurrente y el mal olor en los pies. Esta es producida principalmente por no lavar y secar adecuadamente los pies, especialmente después de la actividad física.
El mal olor y la picazón se producen cuando se contraen y se cultivan hongos en los pequeños espacios entre los dedos de los pies si estos no se asean adecuadamente. La solución es muy sencilla: solo deben secarse bien los pies antes de calzarse. Usar talco y polvos especiales también es muy importante.
Gripes comunes
La mayoría de las gripes se contagian al compartir bacterias. Las bacterias pueden estar presentes sobre cualquier superficie y al entrar en contacto con ella, ya nos estamos contagiando. Por eso es tan importante el hábito de lavarse las manos con frecuencia, al igual que evitar compartir cubiertos y vasos con otras personas.
Para evitar contagiarse es importante la higiene personal de forma general. Bañarse adecuadamente todos los días, usar ropa limpia y lavarse las manos con frecuencia ayudan a prevenir más de la mitad de los casos de gripe común.
Gingivitis
Una inflamación de las encías que se produce cuando se alojan ciertas bacterias en la boca durante periodos de tiempo extensos.
Para evitar la gingivitis, en la mayoría de los casos basta simplemente con cepillarse diariamente los dientes a profundidad y preferiblemente usar adicionalmente enjuague bucal, que ayuda a limpiar las encías de bacterias, allí en los puntos donde el cepillo no alcanza.
Infecciones intimas
La causa más común de las infecciones intimas es el descuido de la higiene personal. La zona intima debe limpiarse con cuidado todos los días y secarla con una toalla suave y limpia. Igualmente se debe tener especial cuidado al mantener limpias las piezas de los baños como el inodoro, y de preferencia, no usar baños públicos que no estén en buen estado de limpieza.
7 hábitos de buena higiene para mejorar tu salud de forma inmediata
Los diferentes tipos de higiene personal se deben conservar siempre si queremos que nuestro cuerpo se mantenga siempre limpio, presentable y saludable.
Estos son algunos de los hábitos más importantes para nuestro cuidado personal.
Bañarse diariamente
El hábito de tomar una ducha diaria es importante para mantener nuestro cabello y nuestra piel libres de polvo, tierra, residuos sólidos y bacterias que pueden transmitir enfermedades de todo tipo en nuestro cuerpo; desde infecciones dérmicas hasta fuertes malestares estomacales.
Aunque lo ideal es bañarse una vez al día, nunca está de más tomar uno en la mañana y otro en la noche, preferiblemente usando siempre productos de buena calidad, que ayuden a conservar las grasas naturales del cabello y liberen la capa de la piel de la mayor cantidad de bacterias posible.
¿Sabías qué?:
La limpieza del cuerpo durante la ducha debe hacerse a profundidad, preferiblemente con una barra de jabón solida con bactericida. Igualmente se recomienda aplicar champú, pero no diariamente, especialmente en cabellos delicados, pues esto remueve algunas grasas y nutrientes naturales, debilitando las hebras capilares.
Cepillar el cabello diariamente
Por supuesto que esto aplica principalmente a las mujeres, sobre todo las que tengan cabello espeso y abundante. La idea de cepillar el pelo antes de ducharse o antes de dormir es poder quitar la capa superficial de polvo y tierra que se aloja durante las actividades del día.
Esto no solamente permite tener un cabello mucho más brillante y con mejor aspecto, también retira bacterias y agentes patógenos que pueden provocar alergias e infecciones en el cuero cabelludo.
Rutina de cepillado de dientes
El hábito de cepillar los dientes correctamente y con la frecuencia adecuada es muy importante para la salud de nuestro cuerpo. La limpieza dental es importante para prevenir la formación de placa dental, que daña el esmalte dental y causa mal aliento permanente.
La forma correcta de lavar los dientes es “cepillar” los dientes en orientación vertical “los dientes de arriba hacía a bajo; y los dientes de abajo hacia arriba” con la intención de retirar la placa del espacio entre los dientes y evitar esparcirla.
Una vez que se barre la suciedad se debe cepillar de forma circular las dos caras de los dientes (cara exterior e interior) para terminar de retirar la placa de forma efectiva y además se debe limpiar a profundidad la lengua y los espacios interdentales para evitar el cúmulo de sedimentos y restos de comida entre los dientes.
Utiliza hilo y enjuague…
La rutina dental nunca estará completa mientras falte el uso del hilo dental y si es posible enjuague bucal para que la limpieza sea más profunda. Un buen enjuague bucal es excelente para eliminar el sucio y las bacterias en los lugares escondidos donde el cepillo no puede penetrar, además, algunos productos también funcionan muy bien como blanqueadores dentales y dan un aliento fresco y agradable durante muchas más horas.
El cepillado bucal debe hacerse al menos después de cada comida para ayudar a conservar la salud de la dentadura, al igual que el buen aliento. De no poder hacerse tres veces, lo mínimo aceptable son dos veces al día: una en la mañana después del desayuno y otra vez antes de acostarse a dormir.
Tan importante como cepillarse de la forma y con la regularidad adecuada, es contar con un cepillo de dientes en buen estado y libre de bacterias. Para asegurarlo, se recomienda mantener el cepillo siempre resguardado, si es posible en un empaque sellado para evitar que pueda entrar en contacto con superficies sucias. También se puede desinfectar periódicamente al lavarlo con agua hirviendo.
El cepillo de dientes se recomienda ser cambiado en un tiempo máximo de tres meses para asegurarnos de que las cerdas se encuentren en buen estado y sean capaces de limpiar adecuadamente.
La costumbre de lavarse las manos
Muchas personas se sorprenden de lo importante que es mantener nuestras manos limpias si queremos conservar nuestra salud. Adoptar la rutina de lavarse apropiadamente las manos después de cada comida, de usar el tocador o de realizar cualquier actividad que pueda contaminarlas puede hacer la diferencia entre llevar una vida saludable o no.
Enseñar a los niños a lavarse las manos adecuada y oportunamente va a influir en buena medida en su salud por el resto de su vida. Nuestras manos son la parte de nuestro cuerpo que generalmente tiene mayor exposición a infecciones y bacterias porque es con ellas que tocamos la mayoría de las cosas (y luego las acercamos a nuestra boca constantemente, conduciendo así a nuestro sistema toda clase de microorganismos).
Las manos deben lavarse cuidadosamente usando jabón bactericida o un gel sanitizante después de cada comida, después de usar el baño o de manera recurrente si nos encontramos en la calle, expuestos a múltiples agentes patógenos.
Tener manos sucias puede provocar –tanto en niños como adultos- varias enfermedades relacionadas con el sistema digestivo y el respiratorio. Se piensa que casi un millón de personas al año mueren por enfermedades como la diarrea o la neumonía. Ambas pueden evitarse en cierta medida adoptando los hábitos de higiene de manos adecuados
¿Cuál es la manera adecuada de lavarse las manos?
- Se deben enjuagar generosamente las manos, usando siempre agua limpia.
- Se deben enjabonar las manos y frotar las palmas para crear bastante espuma, luego debe limpiarse el dorso de la mano y por ultimo limpiar el interior entrecruzando los dedos de ambas manos.
- Enjuagar las manos nuevamente con bastante agua limpia para remover todos los restos de jabón y suciedad.
- Secar las manos usando papel desechable o una toalla limpia en su defecto.
Mantener limpios los pies
Llegar a descuidar la limpieza de nuestros pies puede ser algo muy común, ya que por lo general no los limpiamos tan a profundidad como otras partes de nuestro cuerpo, además, nuestros pies están muy expuestos a sufrir enfermedades y contraer hongos.
Tener la costumbre de ponernos las medias o calzarnos y aún tenemos los pies húmedos después del baño puede contribuir a la formación de hongos entre los dedos. También puede ocurrir si no mantenemos bien limpio el piso de la regadera y nos bañamos descalzos.
Para cuidar la salud de nuestros pies se recomienda:
- Bañarse usando sandalias, especialmente si lo hacemos en duchas públicas como las escuelas o los gimnasios.
- No olvidarse de aplicar abundante jabón en los pies durante cada ducha.
- Secarse adecuadamente cada pie después de salir de la regadera, dando importancia especial al espacio entre los dedos para evitar la formación de hongos.
- No calzarse con pies húmedos
- Siempre usar medias limpias y secas.
- Usar zapatos cómodos, de talla adecuada a nuestro pie.
- Si vas a calzar sin medias es recomendable usar talco.
Cuidar la limpieza de nuestros espacios
El entorno en el que vivimos también impacta en nuestra propia higiene. Los objetos con los que tenemos contacto constantemente deben estar igual de limpios que nosotros, si no, igual estaremos poniendo en riesgo nuestra salud y nuestra imagen personal.
Por ejemplo, no nos va a servir de mucho tomar una buena ducha cada noche para acostarnos limpios si luego tenemos que secarnos con una toalla sucia y acostarnos en una cama con sabanas que no se han cambiado en meses. Unas sábanas y almohadas sucias pueden contener ácaros y muchas bacterias que nos pueden hacer desarrollar fuertes enfermedades respiratorias o contraer alergias en nuestra piel.
Igualmente debemos cuidarnos de lavar periódicamente los pisos, paredes y piezas de nuestro baño porque estas zonas son especialmente sensibles para la proliferación de hongos y bacterias.
Tener especial cuidado con la higiene intima
La falta de higiene intima es un problema muy común y puede tener muchísimas ramificaciones en la salud de una persona, más allá del aspecto estético o sexual. Muchos expertos creen que la causa de este problema son los tabúes que tienen los padres para hablar a sus hijos abiertamente sobre el tema.
En este punto se refleja claramente la importancia que tiene la educación en los niños y jóvenes con respecto a la higiene personal y su fuerte impacto en la salud.
La higiene intima adecuada no sirve simplemente para evitar olores desagradables (aunque debería ser motivo suficiente para cuidarla), lavar y mantener siempre limpia la zona intima también es importante para evitar infecciones que se pueden convertir a la larga en enfermedades graves.
En las mujeres es un tema especialmente delicado porque los flujos vaginales descuidados pueden servir como caldo de cultivo para la proliferación de bacterias que generan infecciones y enfermedades. Las mujeres deben lavarse diariamente la zona íntima con mucho cuidado, especialmente usando jabones especiales de Ph neutro. También deben secar cuidadosamente antes de ponerse la ropa interior.
Tanto en hombres como mujeres es indispensable usar siempre ropa interior limpia y cambiársela un par de veces al día preferiblemente, especialmente si se realizan actividades físicas que estimulen el sudor, como ir al gimnasio o usar el transporte público.
Mantener la zona publica siempre afeitada o depilada es una gran recomendación para mejorar fácilmente la higiene intima, ya que la presencia excesiva de vellos públicos aumenta la temperatura en la zona y dificulta una limpieza a profundidad.
Conclusión
La higiene personal es una forma sencilla y económica de conservar nuestra salud. La importancia de adoptar estrictamente estas pequeñas rutinas diarias puede contribuir en gran medida a que gocemos de una buena salud y una vida mucho mejor.
Estos hábitos de salud es importante enseñarlos desde edad temprana en nuestros niños, es por eso que ahora muchos plantéenles escolares los han incluido como materia obligatoria. Ayudar a reforzar los hábitos de higiene personal, especialmente en los sectores sociales más vulnerables y con menos recursos, puede significar una gran mejora en la calidad de vida de los pueblos.