Descubrir el cuerpo humano, no sólo desde la perspectiva científica si no a partir de la más genuina curiosidad, es siempre un maravilloso viaje que nos lleva a hacer preguntas, a aprender funciones y localizaciones y también, de cuando en cuando, hacer inventario de cuántos elementos se compone nuestro cuerpo… y en esta ocasión, la pregunta sobre la mesa es: ¿Cuáles son los músculos del cuerpo?
Quizá te parezca una pregunta de respuesta sencilla y definitiva; pero, a diferencia de los huesos o los órganos vitales, los especialistas en anatomía difieren conforme a la cuenta total de músculos en el cuerpo.
¡En serio!
La ciencia anatómica está avanzando todo el tiempo; claro que no es como que se estén descubriendo nuevos músculos, pero, nuevas variaciones en la anatomía muscular individual son hallazgos que acontecen de manera más o menos constante.
Muchos músculos, como los cuádriceps, normalmente son separados en diferentes partes que pueden, o no, ser contados como músculos individuales.
¿Cuál es el total de músculos del cuerpo humano?
Existen cerca de 200 o 300 músculos que todo el mundo reconoce. Pero cuando la mayoría de la gente pregunta cuántos músculos existen en el cuerpo humano, en realidad se refieren a aquellos que son los encargados de mover o sostener el esqueleto, o esos que, con una rutina adecuada, bien sirven para lucirlos en la playa; como los pectorales, los bíceps, los tríceps o ese tan anhelado six-pack, conjunto muscular, mejor conocido en el mundo de la ciencia como transverso abdominal, internos abdominales oblicuos, externos abdominales oblicuos, recto abdominal y abdominales piramidales…
El cuerpo se compone de muchos más músculos que esos, incluyendo los más pequeños como los que se encuentran en nuestras manos, pies o rostro.
Los músculos se separan en tres categorías para una identificación más sencilla:
1. Esqueléticos, que nos mueven
2. Cardíaco, que mueve nuestra sangre
3. Lisos, que mueven nuestros intestinos
Músculos esqueléticos
Tenemos que comenzar por decir que existen cerca de 700 músculos llamados esqueléticos. Y en este conteo estamos tomando en cuenta aquellos que normalmente sólo los especialistas conocen. Ahora bien, estos músculos del cuerpo, también son conocidos como músculos estriados; están unidos al esqueleto y se conforman por células y fibras alargadas.
Podemos decir que cerca del 90% de los músculos del cuerpo humano forman parte de esta categoría. Y también podemos decir que nos ayudan a realizar importantes funciones como:
Movimiento, desplazamiento, energía mecánica, estabilidad articular, protección, postura, propiocepción (el sentido que te permite saber en qué posición está una parte de tu cuerpo sin tener que mirarla); interocepción (el sentido de un órgano interno), por ejemplo… cuando te duele el estómago; termo-regulación e irrigación sanguínea.
Hay varias formas de clasificar los músculos esqueléticos:
Según su acción grupal:
Los músculos no actúan solos, así que se pueden catalogar conforme la relación que se establece entre ellos. Y aquí tenemos tres subcategorías:
- Agonista: son los músculos que van en dirección del movimiento, o sea, se contraen.
- Antagonista: son los músculos que se relajan para permitir que funcionen los músculos agonistas.
- Sinergista: son músculos que se contraen, pero de manera auxiliar.
Según sus movimientos:
Existen 5 tipos distintos de músculos esqueléticos de acuerdo al movimiento que realizan.
- Flexores: un ejemplo es la contracción del bíceps para elevar el antebrazo.
- Extensores: como el tríceps.
- Abductores: son los músculos que permiten una separación, como por ejemplo el movimiento que realiza el hombro cuando lanza una pelota de basquetbol directo al aro.
- Rotadores: los músculos que rotan sobre su propio eje, y dentro de este grupo existen los de pronación y supinación.
- Fijadores: también se les llama estabilizadores, y son los músculos que mantienen una parte en posición estática, mientras realizan una tensión hacia otra dirección. En este caso, el ejemplo más claro es cuando flexionas un codo.
Según sus fibras:
Hay dos tipos de fibras musculares; todos los músculos están conformados por ambos tipos, pero en distintas proporciones.
- Fibras tipo I: tienen un color rojo intenso, y son más resistentes, pero tienen menor velocidad.
- Fibras tipo II: tienen un color blanquecino y permiten movimientos rápidos; también emplean más glucosa que las del tipo I, pero se fatigan con mayor facilidad.
Músculo cardíaco o miocardio
El conteo de estos músculos es mucho más sencillo pues todos sus elementos se localizan en un solo lugar: el corazón.
✏️ Te puede interesar ? ¿Qué es la cardiopatía? Conoce los tipos que existen
El miocardio es un tejido muscular complejo que se encarga de bombear la sangre a través de todo nuestro sistema circulatorio y se compone de tres partes fundamentales:
- el músculo auricular, 2. el músculo ventricular y 3. las fibras musculares que llevan a cabo los procesos de excitación y conducción.
El corazón es un músculo capaz de contraerse; pero, una de sus tantas maravillas, es que puede leer y responder a las señales que le envían los tejidos en forma de hormonas, y en condiciones normales, se contrae entre 60 y 100 veces por minuto, incluso cuando el cuerpo se encuentra en reposo. Por supuesto, esta velocidad se puede alterar debido a la acción de los nervios que son los encargados de modular la frecuencia cardíaca.
El funcionamiento del miocardio o músculo cardiaco se compone de cuatro etapas:
Iniciación: cuando las células del nódulo sinoauricular envían una señal que se extiende a lo largo de las células musculares cardíacas, o sarcolemas en forma de impulsos. Dichos impulsos pasan de una célula a otra, a una velocidad fríamente calculada, primero generando la contracción de las aurículas, después, la contracción de los ventrículos.
Liberación de calcio: la señal previa genera una liberación de calcio dentro de ciertas células.
Contracción muscular: el aumento de calcio en las células permite que se activen las fibras de actina y miosina, a través de una unión del calcio con una proteína llamada troponina, lo que origina un cambio en la energía del músculo y por consecuencia el acortamiento del mismo, es decir, la contracción muscular.
Terminación de la contracción: cuando la concentración del calcio disminuye, la proteína llamada troponina vuelve a su estado original, lo cual anuncia la llegada de la siguiente contracción.
Esta serie de movimientos es lo que genera que la sangre de tu sistema se mantenga oxigenada y fluyendo, y todo tu cuerpo pueda funcionar de manera adecuada. Cuando el miocardio no actúa comodebería, los médicos proceden a implantar un marcapasos, que es un dispositivo encargado de avisarle a las diversas células y fibras de las que ya te hablamos, para que lleven a cabo las cuatro etapas de funcionamiento del corazón.
Músculos lisos
Si incluimos los músculos lisos en nuestro conteo, la tarea de inventariar todos los músculos del cuerpo humano, se puede volver verdaderamente complicada, pues este grupo de músculos es el que ejecuta, entre otras labores, el trabajo del sistema nervioso, accionando reflejos tan fundamentales como regular el latido de nuestro corazón, respirar, parpadear, o completar el proceso de digestión.
Algunos músculos lisos se fusionan con otros, y existen a escala microscópica. Esto quiere decir, por ejemplo, que el cuerpo humano tiene células de músculo liso que envuelven cada uno de los capilares sanguíneos, que son muy finos; o que el estómago está completamente envuelto en tres capas gruesas de este mismo elemento… y cada capa, por supuesto, está compuesta de distintos músculos lisos tan intrincadamente conectados, que nadie sabe a ciencia cierta en dónde termina uno y comienza el siguiente.
Los músculos lisos pueden ser de dos tipos:
Unitarios: cuando existe entre cada fibra del músculo una unión.
Multiunitario: cuando funcionan de manera independiente.
Estos músculos tienen como característica principal que su contracción es mucho más prolongada que los de tipo esquelético, pues no consumen tanta energía.
Fundamentalmente trabajan para impulsar sustancias y/o restringir la corriente (vasoconstricción), así como la actividad esfinteriana.
La estimulación del músculo liso es involuntaria y autónoma; lo que quiere decir que no depende de una orden consciente, por llamarla de algún modo, para llevar a cabo su acción. Es decir, no necesitas pensar en hacer latir tu corazón, para lograrlo, del mismo modo en que piensas en mover tu pierna o estirar tu brazo para alcanzar algún objeto. Y, tal como te podrás estar imaginando a estas alturas, la cantidad de músculos de esta clase presentes en el cuerpo humano es prácticamente imposible de contar.
Pero, como no queremos dejarte ir con la duda; hagamos un recuento general:
- Existen cerca de 100 músculos que pueden ser nombrados cuando vas al gimnasio.
- Hay cerca de 200 músculos que pocos conocen, pero, aquellos profesionales de la salud y fisioterapeutas los conocen muy bien, o al menos los han escuchado nombrar.
- Más de 400 músculos son casi desconocidos, y sólo un puñado de científicos especializados, sabe en dónde están.
- Cada ser humano cuenta con varios millones de mini músculos encargados de hacer que el cabello crezca.
- Hay varios billones de células musculares fusionadas unas con otras.
- Sólo tenemos un músculo cardíaco.
- El iris del ojo se compone de dos músculos.
Para fines prácticos y por amor a las matemáticas, podemos decir que el número de músculos del cuerpo consta de aproximadamente con más de 50,000,000,000 músculos…
Sorprendente, ¿verdad?